23 de diciembre de 2009

La Navidad, qué bonica que es

Pues estoy yo aquí, en esta fría noche de diciembre, un día antes de la Nochebuena, aburrido en mi casa sin saber muy bien qué hacer, así que he decidido hablaros un poco de mi opinión de la Navidad. ¿Me leerá alguien? Eso está en vuestras manos. Bueno, más bien en vuestros ojos.

Llegados a este punto de mi vida, lo mejor de la Navidad, para qué vamos a negarlo, es el hecho de tener vacaciones, ¡qué bien que se siente uno sin tener que hacer practicamente nada! Estos días de vaguería total son lo mejor que puede existir, aunque no debemos disfrutarlos en exceso, que luego nos aburrimos y queremos hacer algo productivo. Deseo que por supuesto se desvanece a los dos días de empezar a hacer aquello, y entonces es cuando te preguntas: ¿cómo he podido pensar en que esto me divertiría?

Luego tenemos el factor "espíritu navideño". Yo la verdad es que de ese espíritu tengo poco, porque con tal de que sean vacaciones a mí me da igual si Navidad o verano, que lo único que cambia es el tiempo. Cierto es que es muy bonito y divertido reunirse con la familia y tal, y está bastante bien por lo menos verse una vez al año, hombre.

Regalos, ¿qué decir de ellos? Pues que siempren se agradecen, y qué molan también. Ya no pedimos los tropecientos juguetes que veíamos en la revista del Toys 'R' Us de peques, pero oye, que también son buenos regalos. A mí ahora por ejemplo no me haría ninguna gracia que me regalasen el cocodrilo sacamuelas, pero bien contento que estoy con la ropa and the other things que me regalan.

Así que aquí va mi pequeña reflexión navideña. No es que sea lo más original del mundo, pero oye, ahí está.

Ale, felices navidades, feliz 2010 y felicidad forever. Paz y amor, por qué no.

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