29 de julio de 2010

La cabra, la cabra...

Bueno, aquí os dejo con una amiguita con la que se puede tener un gran conversación, nunca te rechistará y siempre tendrá un rato para hablar contigo, la cabra (es un ibex, pero mola más llamarla la cabra)

28 de julio de 2010

Perritos calientes

Hoy he cenado perritos calientes. No, está entrada no es para comentaroslo, para eso ya tengo el Twitter. Sino porque, mientras los mordía, una duda ha acudido a mi cabeza: ¿quién puso el nombre a esta comida, que muchos catalogan de "comida basura", pero a otros nos da igual porque, total, está muy buena?
Pensemos, ¿qué tienen en común un perro y una salchicha? En primer lugar, dejamos de lado las connotaciones sexuales: sí, puede referirse al pene del perro, pero no creo que ese sea el motivo del nombre. En segundo lugar, tendríamos al perro salchicha, unos perretes muy majos. Podríamos establecer la teoría de que alguien decidió que estos perros estaban ricos, pero decidió sustituir la carne perruna por una salchicha, por todo eso de que está mal visto ir por ahí comiendo perros. Menos los chinos. Pero como ninguno por aquí somos chino, se siente. Lo siento, de verdad, chinorris.
Bueno, tenemos ya la parte de perro, pero, ¿caliente? Todos entendemos que se refiere a que la comida en sí no está fría, porque sino no es que fuese muy apetitosa. Pero si lo juntamos todo, "perrito caliente", ¿qué, eh? ¿Se refiere a que el perro tenía calor o a que estaba excitado? Ya sería total que encima de comerte un perro, encima te lo comas cachondo.
Pero bueno, qué mas darán los nombres, están muy buenos y punto. Nos los comemos sin pensar que podrían ser un perro de verdad y todos felices. ¿Acaso no es lo que hacemos en los chinos?

PD: Los perritos calientes de gominola son una estafa. No saben a perrito. Saben a chuche.

23 de julio de 2010

En contra de los bichos

Hoy os quiero hablar de unas criaturas de las que no me encuentro seguro de cuál es su cometido en este mundo: los bichos. En serio, ¿hacen un bien a alguien?

Por un lado, tenemos a bichos que a nadie le molestan, excepto cuando se cuelan en casa: las hormigas. Las hormigas no molan. La gente dice "pero es que pueden levantar su peso diez veces". Me parece muy bien, pero, ¿para qué? Además, las hormigas no son nada valientes. Nunca verás a una hormiga sola. Siempre van en comandita. Aparte de que deben de creerse guays porque saben trepar por las paredes. Las arañas también lo hacen y no presumen de ello, sabéis. Dentro de las hormigas tenemos además a las "cabronas", que se te suben por los pies pero no te percatas de ello porque son minúsculas. Sólo te das cuenta de ello cuando te pegan un bocado y les metes un manotazo, para que salgan corriendo, y, a los tres segundos, vuelvan one more time a tu pie.

Pasamos a las moscas, bichos completamente imbéciles. La aventura de la mosca (y la mayoría de bichos que vuelan) es la siguiente. Volando sin ton ni son, se cuelan por la habitación en la que estés. Claro, no se van a colar en una habitación en la que no haya nadie, tienen que buscar a alguien a quien molestar. Se ponen a dar vueltas, a posarse sobre tu cabeza, brazo o pierna, zumbarte en el oído, pararse en seco y frotarse las manos. El problema lo encontramos a la hora de marcharse. Se van directas a la ventana, y ¡zasca! Ostión de la semana. Pero lo peor de todo es que lo vuelven a intentar una y otra vez. Y otra. Y otra más. Así hasta que, ¡descubren que esa parte de la ventana está cerrada! Entonces vuelven a su rutina: dar vueltas por toda la habitación. La gente las suele mandar a la mierda. Y les suelen hacer caso. Ya os lo he dicho, son tontas.

Dentro de los bichos voladores también tenemos a otros que disfrutan quemándose: las polillas. Estas se cuelan de noche, y comienzan un rito dando vueltas al lado de la bombilla. Entonces deciden posarse, ¡pero no! Porque resulta que las bombillas queman. Entonces, se quedan paradas diez minutos al lado de ella. Al rato piensan "bueno, a lo mejor ya no queman" y lo vuelven a intentar.

El problema de memoria de los bichos es muy grave. Deberían medicarse, o algo. Solo recuerdan para lo que quieren. En el caso de las avispas, para ver quién ha sido el que le incordia en su ardua tarea de atravesar el cristal de la ventana. Ahí sí que os acordáis de a quién picar, ¿eh, cabronas?

En resumen, que los bichos han sido creados para fastidiar. Y no, da igual que sean bonitos, es solo una fachada con la que confundirnos. Eso también existe en algunas personas, así que ya sabéis. Por tanto, no os preocupéis si los odiais. Lo hace todo el mundo. No estáis solos.