25 de septiembre de 2010

El fin de las vacaciones

Un hecho que ocurrió para unos cuantos hace un par de semanas (o incluso más), pero que a muchos otros nos llega mañana domingo: el fin de las vacaciones.

No sabría cómo describir estas vacaciones. Ha habido buenos momentos, como el hecho de no hacer absolutamente nada productivo, descubrir la serie 'Dexter' o jugar más que de costumbre al Mario Kart. O incluso el hecho de poder comprar por fin un portátil tras numerosos "bueno, ahora que tengo dinero, voy a ahorrar para comprarme un portátil". Por supuesto, me compré uno de los más baratos (el día que consiga ahorrar más de 300 euros me sorprenderé a mí mismo, en serio), pero eso no significa que el ordenador sea malo. Por lo menos, para lo que yo lo uso, me va perfecto. Pero dejemos de hablar de mi ordenador, total, ¿a quién le interesa?

Si algo malo ha tenido este verano... es su duración. En serio, sí, está muy bien no hacer nada, pero ¿durante tanto tiempo? Dios se equivocó al hacer los meses. Agosto, concretamente. Es que ni el nombre es bonito. "Es un mes en el que estoy a gusto... Un momento, ¿a gusto? Si cambiamosla u por la o... ¡agosto!. Bueno, tras está cita de Dios decir que no, estará a gustito él, en el cielo. Pero, ¿y nosotros chorreando a la mínima? Pues no, no es justo.

Pues no tengo mucho más que decir, porque tampoco ha dado mucho más de sí el verano. Así que espero que vosotros hayáis tenido un verano algo más divertido que el mío, y sobre todo, que lo hayáis disfrutado. Pero también toca disfrutar ahora, tengamos que estudiar, trabajar o lo que sea. Que nunca viene mal, en serio.

14 de septiembre de 2010

Canal en Youtube para dos de nosotros

Hace poco, Kir y yo hicimos un canal en youtube para poner videos jugando y hacer un poco el chorras.

Al poco, mi primo, Carloslive100, se unió, y ahora está subiendo un video y haber si acaba xD

Os dejo el enlace al canal :B

9 de septiembre de 2010

Trastocando historias: 1. Caperucita Roja.

Bien, bien, os preguntaréis qué significa esto. Me he decidido a reescribir historias tradicionales, pero modificando su argumento a mi manera, introduciendo nuevos elementos y esas cosas. Algunos diréis que me aburro mucho, y otros no diréis nada. Ambos tenéis razón.

Así que, sin más dilación, que comience la historia de Caperucita Roja:

 Érase una vez una niña que se llamaba Mercedes. No, no se llamaba Caperucita, como os han hecho creer todos estos años, ¿quién le pondría de nombre "Caperucita" a su hija? Como os iba contando, Mercedes era una niña de 12 años que vivía en un pueblo. Pero era una niña tradicional, de estas que jugaba y eso, todavía no acudía a botellones.

La familia de Mercedes acababa de llegar de unas vacaciones veraniegas en Benidorm, donde tenían alquilado un apartamento. Esto no es nada relevante para la historia que os voy a contar, pero bueno. Nada más llegar a su casa, Mercedes encendió el ordenador y abrió el tuenti. Mientras comprobaba las nuevas fotos de sus amigos (sah Gret3l, pulgarCiitOo lokO, y Pinocho Tronco, por poner unos ejemplos), su abuela, que era muy moderna y estaba en toda red social existente, le abrió un Tuenti Chat:

- nietaaaaaaaaaaaaaaaaaaaa
- abuelitah! q tal?
- bn tia jaja
- q bien...
- oie, nesecito q m traigas unas csas a mi ksa
- cmo q?
- unas frutas dl boske, cmo la de los iogurs jajaja
- ah, vle, luego m paso x el mercadona y las compro jaja
- grasias nieta
- jaja

Tras una conversación que dejó en coma a algunos académicos de la RAE (aunque estaban pensando en aceptar algunas de las palabras que se utilizaron; si admitieron almóndiga, ¿por qué no?), se fue directa al Mercadona. Allí compró las frutas del bosque, unas latas de paté (por dos euros no está nada mal) y algunos productos más de la marca Hacendado. Pagó la compra y salió poco después de la tienda, tarareando el "Mercadonaaa, Mercadona" y volvió a su casa. Cerró el tuenti y salió de su casa, con el móvil sonando a tope.

Se metió en el bosque del pueblo, lugar dónde se solían reunir los jóvenes para estudiar (no) y comenzó a adentrarse en él. Mercedes se preguntó muchas veces por qué su abuela vivía en medio del bosque, alejada de la civilización, pero aún así tenía el ADSL más rápido de toda la zona. Siguió andando pensando en eso cuando de repente apareció un lobo trajeado, y con un sombrero de copa.

- Estamos en pleno agosto, ¿no tiene usted calor? -preguntó Mercedes.
- Eh... Sí, pero es que acabo de venir de... una boda -se excusó el lobo.
- ¿Quién se casaba?
- No lo sé.
- ¿Entonces por qué...?
- Yo hago lo que quiero en mi tiempo libre, ¿vale, niña?
- ¡No soy una niña, soy una pre-adolescente!
- Bueno, me da igual, lo único que quiero es preguntarte por que llevas ese bolso.
- ¿Y a ti qué te importa?
- Me importa mucho, estoy interesando en la moda infantil.
- ¿No serás uno de esos pervertidos que va en busca de niños, ofreciendo caramelos?
- ¿Pero por quién me has tomado? De verdad, los niños cada vez sois más tontos.
- ¡Que no soy una niña, cojones!
- ¡Ese vocabulario! De verdad, la educación de hoy en día... Enseñan cualquier cosa.
- Lo que yo me pregunto es: ¿por qué es usted un lobo y está hablando?
- Porque estamos en un cuento, so boba, ¿aún no te has dado cuenta?
- No.

Siguieron un buen rato discutiendo sobre el nivel educativo, pero como no nos interesa le hemos dado al botón de forward y seguimos cuando concluyen esta inesperada discusión.

- Bueno -interrumpió el lobo- entonces, ¿a dónde decías que ibas?
- A casa de mi abuela, que me ha pedido unas frutas del bosque.
- Las habrás comprado en Mercadona, ¿no?
- No, si te parece las he comprado en Ahorramás... ¡pues claro!
- En fin, yo te puedo guiar a casa de tu abuela, si quieres.
- Sé de sobra dónde está. Además, según la conversación fluye, me he dado cuenta de que cada vez pareces más un pedófilo en potencia.
- ¿Ah, sí? Pues yo me he dado cuenta de que empezaste la historia siendo una mini-cani y ahora utilizas un vocabulario que, sinceramente, dudo que ellos usasen.
- Es que el autor ha decidido, así, de imprevisto, darme un aire más intelectual. Pero ese no es el caso, apártate de mi ahora mismo o si no te denuncio y te llevo a Sálvame Deluxe.
- ¡No serás capaz...!
- ¿Que no? -cogió su móvil y marco algo. Acto seguido se llevo el auricular del teléfono a la oreja- ¿Es Telecinco? Tengo una historia sobre un pedófilo... ¿que les interesa mucho, dice? Pues mire...
- ¡Vale, vale, ya me voy! -la cortó el lobo, marchándose a paso rápido.
- Qué pesados son los lobos en estos tiempos...

Mercedes siguió su camino, preguntándose porque sus padres le habían puesto nombre de niña de los años 70. También observaba los árboles, pero porque no había mucho más que observar. Finalmente, vislumbró una casa, que poco después se convirtió en una masión digna de aparecer en el programa de las casas de laSexta.

- ¡Qué casoplón! -exclamó Mercedes.

Se acercó a la entrada, en una puerta doble de madera, junto a la que había un letrero que indicaba "La Casa de la Abuela", y al lado un botón que ponía "Me gusta. Está página tiene 5.343 seguidores" y las fotos de algunas personas desconocidas. Llamó al timbre y sonó un politono, de esos que bailan las señoras en el programa de AR. Una voz masculina imitando a una femenina contesto "¿Sí?" y Mercedes respondió:

- ¿Quién es usted?
- Soy... la señora Abuela.
- Ah... Abuela, que soy tu nieta.
- ¿Quién? ¿Heidi?
- ¿Qué?
- ¡Ah! Eres la niña esa que iba con las frutas del bosque...
- Sí. Abuela, ¿aún no te has aprendido mi nombre?
- Claro que sí, te llamas... Caperucita Roja.
- ¿Eh? No, me llamo Mercedes.
- ¿Ah, eres la de Cuéntame? ¡Merche! Jaja, como Antonio Alcántara, ¿eh?
- Abuela, ¿me dejas pasar o no?
- Sí, sí, ya abro...

Las puertas se abrieron y Mercedes se adentró en la casa. El jardín estaba repleto de un césped artificial y una piscina super guay. Pensando en darse un baño más tarde, Mercedes entró en la casa de su abuela con una sonrisa.

- ¿Abuela? ¿Dónde estás? -preguntó, mientras recorría el pasillo y miraba por las habitaciones.
- ¡Aquí, en mi habitación!


Caperucita entró, y ahí estaba su abuela, tapada hasta el cuello con edredón, con un gorro de ducha y unas gafas de culo de vaso. Mercedes no pudo reprimirse y soltó una gran carcajada. Acto seguido, puso un ADV desde su móvil: "Hoy, mi abuela estaba tapada hasta el cuello con un edredón y con un gorro de ducha. Es agosto. ADV".

- Abuela, ¿no tienes calor?
- Qué va hija, estoy la mar de bien.
- ¿Sabes? Te noto un poco distina, como con rasgos lupinos.
- Es... la crema de baba de caracol, que me deja así.
- ¿No se supone que tiene que dejarte la cara bien?
- Sí, pero ya sabes cómo son en la teletienda, es todo un timo.
- Algo me dice que no eres mi abuela...
- ¿Por qué dices eso?
- Porque tienes una extraña manía de resguardarte del frío, cuando mi abuela se pasa todo el día en remojo. Además tienes unas orejas más raras.
- Es para oírte mejor.
- No, para oírme mejor necesitas el sonotone, abuela. Por no hablar, de tus manos.
- Son para acariciarte mejor.
- ¿Con esas uñas? Más bien me triturarías.
- ¡Bueno, vale, ya está bien! -la abuela se levantó de un golpe de la cama, se quito el camisón y el gorro de ducha, y como todos ya sabíamos, resultó ser el lobo- ¿Contenta?
- ¿Qué haces en casa de mi abuela? No me digas... ¡que eres su amante!
- Pero niña, ¿tú crees que tu abuela es atractiva o algo? Además, ¿no había quedado claro que me interesaban más los jóvenes.
- Todo eso me parece muy bien, pero...
- Ah, ¿así que te gustaría que hicieramos algo juntos.
- No, por favor, ¿tú te has visto? Lo que te quería decir es que si tú estás aquí, y yo estoy aquí... ¿Dónde está mi abuela?
- Pues no lo sé.
- ¿Cómo? ¿No te la has comido?
- ¿Por qué me iba a comer a alguien? Yo llegué a esta casa y estaba vacía.
- Tenemos que buscar a mi abuela.
- Pero... ¿yo que pinto en todo esto? A mí tu abuela me la trae floja, yo solo quería verte.
- Un momento... ¡tú eres el que me manda todos los mensajes privados en el tuenti!
- No me digas que te has dado cuenta ahora... ¡si pone claramente Lobo Feroz!
- Yo que sé, tío, pensaba que era uno que agrega a todas las tías buenas que ve...
- Oye, que tú tampoco es que seas una belleza, no me vayas ahora de estrella.
- Tengo más amigos que tu en tuenti.
- Eso no demuestra nada.
- Bueno, no sé por qué pierdo el tiempo contigo, tengo que buscar a mi abuela.

En ese momento, alguien abrió la puerta y el público aplaudió. Era la abuela.

- Hola, soy tu abuela -dijo- ¿Qué hacéis en mi habitación?
- ¡Abuela! -Mercedes salió disparada y abrazó a su abuela- ¿Dónde estabas?
- En el baño, que tengo hemorroides
- Qué asco -apuntó el lobo.
- ¿Y este qué hace aquí? ¿No te despedí hace dos semanas?
- ¿Cómo? -preguntó Mercedes, atónita- Abuela, ¿conoces a este tipo?
- Pues claro, era el que me limpiaba la casa. Pero tuve que despedirlo porque me robaba las toallas.
- Es que eran muy suaves... -se disculpó el lobo.
- Me da igual, ¡sal ahora mismo de mi casa!
- ¡De acuerdo, de acuerdo! Y ya sabes, Mercedes, si alguna vez quieres algo... ya sabes, mándame un privado. -le guiñó un ojo y salió de la casa.
- Mercedes, por lo que más quieras, no le contestes.
- Lo sé, abuela. Lo sé.

----

- Bienvenidos al Diario, ¿tienes un conocido y hace tiempo que no lo ves? Pues este es tu programa. Demos la bienvenida a Lobo, que busca desesperadamente a dos personas de las que no ha vuelto a saber.
- Muy buenas, Patricia.
- No soy Patricia.
- Qué más da.
- Bueno, hablanos de tu caso.
- Pues verás, Patri, resulta que hace tiempo conocí a dos señoritas (una vieja, otra joven) que confundieron mis intenciones, y quería volver a verlas.
- Vale, Lobo, pues vete a esa sala de atrás mientras les damos paso, para darles una sorpresa.
- De acuerdo -Lobo salió del plató.
- Damos paso ahora a una abuela y una nieta que están muy unidas, ¡fuerte aplauso para Abuela y Mercedes!
- Hola, Patricia -saludarón las dos.
- ¡Que no soy Patricia! Bueno, ¿qué nos queríais contar?
- Pues que estamos super unidas -dijo Mercedes.
- Así es -confirmó Abuela- Hasta tenemos pulseras gemelas.
- Vale, no me importa. Tengo que confesaros que el verdadero motivo de por qué estáis aquí es otro.
- ¿Qué? -se extrañó Mercedes- ¡No me lo esperaba en absoluto!
- Pues sí, hay alguien que tiene algo que deciros.
- Para eso que utilice TQD, seguro que se habría enterado más gente -explicó Abuela.
- Bueno, pero ha preferido venir aquí, que dice que le gusta salir en la tele, ¡fuerte aplauso para Lobo!
- ¿Cómo, Lobo? -exclamó Mercedes, levantándose- Patricia, no me podéis hacer esto... Me voy a marchar, ¡me voy a marchar!
- ¡Espera, Mercedes! -gritó Lobo, entrando en plató- ¡Quiero disculparme!
- No, Lobo, no. Patricia, en serio, voy a marcharme.
- ¡Joder, que no soy Patricia!
- ¡Cállate! -gritarón los tres.
- Lo siento, pero me marchó -Mercedes salió del plató.
- Te habrás quedado a gusto, ¿no? -preguntó Abuela a Lobo.
- Pues no. Quería deciros que lo sentía por haber interrumpido en tu casa.
- Pues llegas un poco tarde, ¿no? Ya ha pasado un montón de tiempo.
- ¿Cómo? Pero si fue ayer.
- Es demasiado tarde, igualmente.
- Bueno, ¿está el asunto arreglado? -dijo la presentadora, intentado librarse ya de esos invitados.
- No, pero qué más da -aseguró Abuela- Diremos que sí para que todo el mundo se ponga contento.
- Perfecto.

Y así acabo la historia. Todo el mundo siguió con sus vidas. Mercedes se licenció en Periodismo y es la colaboradora más crítica de DEC. Abuela consiguió los 50 MB de velocidad de ONO, y pasa sus ratos libres comentando en ADV, donde ha conseguido el logro secreto. Lobo, por su parte, abrió un restaurante, que al poco tiempo fue comprado por McDonalds.

2 de septiembre de 2010

Vuelta al cole

Si hace tiempo nuestro amigo Borja nos hablaba de lo que sufrian varias personas al bailar en los anuncios, los niños no se iban a quedar atrás, ¿quién no ha visto el anuncio de eroski en el que los niños terminan con un: ¿Queremos volver al cole, o no? Y todos contestan "Siiiiiii"?
Esos niños se merecen una estatua, no quiero imaginarme el esfuerzo mental que han tenido que tener para decir eso, pero bueno, como se dice por ahi, por dinero se hace cualquier cosa.